Ciudad de salida
Madrid
SALIDA DE ESPAÑA
QUEDAREMOS A LA HORA INDICADA EN EL AEROPUERTO DE MADRID BARAJAS, Y VOLAREMOS A OSAKA CON ESCALA EN QATAR
Día 2
LLEGAREMOS AL AEROPUERTO INTERNACIONAL DE OSAKA Y TRASLADO AL HOTEL , DONDE DORMIREMOS LAS SIGUIENTES NOCHES A MODO DE CAMPO BASE
TOUR OSAKA
Realizaremos una experiencia única en uno de los destinos más cautivadores de Japón: la vibrante ciudad de Osaka. Nuestro recorrido nos sumergirá en su cultura milenaria, en su gastronomía sorprendente y en esa energía inconfundible que la convierte en un tesoro del país.
1. Castillo de Osaka
Comenzaremos por el Castillo de Osaka, una joya histórica que se alza majestuosa sobre verdes jardines y brillantes fosos. Sus muros, que han resistido el paso del tiempo, evocan batallas pasadas, el esplendor de los señores feudales y la grandeza del antiguo Japón. Mientras recorres sus estancias y balcones con vistas panorámicas, sentirás que el pasado cobra vida ante tus ojos.
2. Shinsekai y Torre Tsutenkaku
Desde allí, partiremos hacia el sur para adentrarnos en Shinsekai, un barrio que late con la esencia más popular de Osaka. Al atravesar sus calles, la arquitectura retro y las tentadoras propuestas culinarias se combinan para transportarte a otra época. Deléitate con el kushikatsu y otras delicias locales, mientras la singular Torre Tsutenkaku, símbolo indiscutible de la zona, se alza como un faro urbano marcando el pulso de este peculiar rincón.
3. Nipponbashi
Continuaremos el viaje hacia Nipponbashi, el corazón tecnológico y friki de la ciudad. Aquí, el universo de la electrónica, los cafés temáticos y la cultura del manga se funden en un espectáculo visual y sensorial. Entre luces de neón, tiendas abarrotadas y personajes que parecen salidos de un cómic, te sumergirás en un ambiente que vibra con creatividad y pasión por la innovación.
4. Umeda Sky Building
Nuestra siguiente parada será el Umeda Sky Building, el décimo noveno edificio más alto de Osaka, cuya silueta futurista se impone en el horizonte con sus 173 metros de altura. Sus dos torres gemelas, conectadas en lo alto por una pasarela, brindan una vista panorámica inolvidable. Desde su observatorio, el paisaje urbano se extiende ante ti, revelando una ciudad en constante reinvención y confirmando por qué Osaka es un referente de la modernidad japonesa.
5. Dotombori
Finalmente, cerraremos este recorrido en Dotombori, enclavado en el bullicioso distrito sureño de Namba. Aquí, las luces de neón, los letreros gigantes y el famoso anuncio electrónico de Glico dan a la noche una personalidad vibrante e inconfundible. Sumérgete en la gastronomía callejera del antiguo Kansai, prueba takoyaki recién hecho o un crujiente okonomiyaki, y deja que la atmósfera tradicional se entrelace con la energía cosmopolita, creando una experiencia multisensorial que solo aquí podrás vivir.
Osaka te recibe con los brazos abiertos y una historia por descubrir en cada esquina. Sumérgete en su pasado, saborea su presente y vislumbra su futuro: este viaje será, sin duda, una experiencia que quedará grabada en tu memoria.
TOUR NARA
Partiendo desde la mística ciudad de Kioto, nuestro recorrido nos conducirá hacia el corazón histórico de Nara, antigua capital del país y cuna del budismo en Japón. Esta experiencia nos permitirá sumergirnos en un legado cultural milenario, donde templos sagrados, santuarios místicos y una naturaleza casi onírica se entrelazan para regalarnos momentos inolvidables.
1. Parque de Nara
Al adentrarnos en el célebre Parque de Nara, la atmósfera se vuelve casi etérea: extensos prados verdes se extienden bajo la mirada de ciervos sagrados, guardianes simbólicos de este lugar. Aquí, la interacción con estos animales dóciles y majestuosos trasciende la simple fotografía: es un gesto de armonía entre la vida silvestre y la humanidad. Mientras paseas entre senderos arbolados, el murmullo de las hojas y la silenciosa contemplación de la historia te conducirán a una calma interior difícil de describir.
2. Templo Todai-ji
Imponente e inconfundible, el Todai-ji se erige como una reliquia viviente del esplendor del Japón antiguo. Su enorme salón principal, el Daibutsuden, custodia la impactante estatua del Gran Buda de bronce, cuyas proporciones colosales dejan sin aliento incluso a los viajeros más experimentados. Aquí, el incienso perfuma el ambiente y la luz tenue se cuela por las maderas centenarias, creando una atmósfera mística. Sentirás, en cada rincón, la vibración sagrada de un tiempo en el que la devoción espiritual y el respeto por la sabiduría ancestral eran parte intrínseca de la vida cotidiana.
3. Pagoda de Kōfuku-ji
La silueta de la Pagoda de Kōfuku-ji destaca contra el cielo, evocando las delicadas pinceladas de una estampa japonesa clásica. Este conjunto de templos, que en su época llegó a ser uno de los más influyentes del país, irradia serenidad y armonía. Al rodear la pagoda, cada ángulo revela nuevos detalles: la elegante curvatura de los aleros, la fina decoración de la madera y la vibrante historia que se filtra a través de las vigas. En estos muros resuenan ecos de enseñanzas milenarias, que susurran al oído del viajero atento.
4. Santuario Kasuga
Cerrando nuestro itinerario, el Santuario Kasuga se abre camino entre bosques sombríos y senderos cubiertos de musgo. Sus miles de linternas, tanto de piedra como de bronce, dibujan una procesión mágica de luz y sombra, un delicado juego que parece conectar lo terrenal con lo divino. En el interior, la atmósfera se vuelve íntima y reconfortante. Allí, la esencia del sintoísmo se materializa en cada rincón, recordándonos la importancia de la conexión con la naturaleza y la profunda espiritualidad que aún palpita en el corazón de Nara.
Al retornar a Kioto, llevarás contigo la impronta imborrable de este viaje a través del tiempo, en el que la historia ancestral, la fe y la belleza natural se han entrelazado para obsequiarte una experiencia verdaderamente trascendental.
TOUR HIROSHIMA
Partiendo desde la vibrante Osaka, emprenderemos una travesía que nos llevará a uno de los capítulos más profundos y conmovedores de la historia moderna de Japón: Hiroshima. Esta excursión promete ser un viaje a través del tiempo, la memoria y la resiliencia humana, para luego regalarnos la serenidad y el misticismo de Miyajima, una isla sagrada que parece flotar sobre las aguas del Mar Interior de Seto.
Hiroshima: Un Encuentro con la Memoria y la Esperanza
Al arribar a Hiroshima, abordaremos el tranvía local que, en tan solo doce minutos, nos conducirá al Parque de la Paz. Nada más poner un pie en este espacio, sentiremos la solemnidad que lo envuelve: cada monumento, cada escultura, cada rincón, nos habla del coraje y la capacidad del ser humano para sobreponerse a las huellas más oscuras de su pasado. Aquí, el silencio adquiere un matiz especial, un lenguaje propio que nos invita a la reflexión y al entendimiento.
En el corazón de este parque nos espera el Museo Conmemorativo, un lugar que, lejos de ser un simple edificio, actúa como un puente a la memoria colectiva, un recordatorio conmovedor del horror vivido, pero también de la luz que emerge tras la tragedia. Pasar por sus galerías y contemplar sus exhibiciones nos permite comprender, en carne viva, la importancia de la paz y la necesidad de abrazar el futuro con respeto y empatía.
Miyajima: La Isla Sagrada y su Esplendor
Tras este instante de introspección, nos embarcaremos en un ferry con destino a la isla de Miyajima. Aquí, la atmósfera cambia por completo: la naturaleza se torna protagonista y nos da la bienvenida con bosques susurrantes, venados que deambulan en libertad y una calma que parece suspendida en el tiempo.
En la isla, la visita al Santuario de Itsukushima es obligatoria. Este conjunto sagrado, con su pabellón principal reflejándose sobre la superficie marina, nos transporta a un Japón ancestral, ligado íntimamente a los dioses y a la veneración del entorno natural. Desde la distancia, emerge una imagen que ha dado la vuelta al mundo y que se cuenta entre las tres estampas más famosas del país: el imponente Gran Torii, esa puerta roja y colosal que parece surgir de las aguas en un espectáculo visual sobrecogedor. Contemplar el Torii al atardecer, con los destellos dorados del sol reflejándose en su estructura, es un momento digno de grabarse por siempre en el corazón del viajero.
Para cerrar este día, nos adentraremos en la Calle de Artesanías y Comercio de la isla. Sus tiendas, impregnadas de la calidez de la hospitalidad local, exhiben productos elaborados con habilidad y esmero, desde delicados grabados, abanicos y cerámicas, hasta dulces tradicionales y recuerdos imbuidos de la esencia de Miyajima. Este es el lugar perfecto para llevarse consigo un pedacito de la isla y de la experiencia vivida, antes de emprender el retorno a Osaka.
Al final del día, habremos atravesado la tragedia y el renacer, la historia más dolorosa y el encanto natural más sublime. Hiroshima y Miyajima nos habrán mostrado dos facetas del Japón: la que recuerda, reflexiona y aprende, y la que rinde homenaje a la belleza eterna del archipiélago, iluminando nuestro viaje con sabiduría y esperanza.
TOUR KYOTO
Iniciaremos esta fascinante aventura en Arashiyama, un rincón al norte de Kioto que, pese a su popularidad, conserva intacta la magia de lo natural y lo sagrado. Sus senderos envueltos en el susurro del bambú, el legendario Puente Togetsu reflejando la montaña y el enigmático Templo Ryoanji —considerado la máxima expresión del budismo zen— componen un paisaje que trasciende las imágenes más bellas y despierta una profunda serenidad interior. Aquí, cada brisa que se filtra entre las cañas, cada onda que el río dibuja bajo el puente, se convierte en poesía viva.
De regreso al centro de Kioto, nos detendremos ante el brillante esplendor del Pabellón Dorado (Kinkaku-ji). Sus paredes recubiertas en oro relucen incluso bajo cielos nublados, reflejándose en las aguas del estanque y creando un cuadro que parece arrancado de un antiguo sueño. Exploraremos su historia, desentrañaremos sus misterios y comprenderemos por qué es uno de los templos más admirados del archipiélago.
Continuando nuestro periplo, nos sumergiremos en la robusta presencia del Templo Honganji, una auténtica joya arquitectónica del budismo japonés. Su imponente estructura de madera, capaz de resistir el paso implacable de los siglos, nos hablará de la importancia de este lugar en la unificación del país. Cada viga y cada detalle ornamental es un testigo mudo de la historia que aquí se ha gestado.
Nuestro rumbo virará hacia el sur para encontrarnos con uno de los paisajes más icónicos del país: los infinitos túneles escarlata del Santuario Fushimi Inari. Estas hileras de arcos —torii—, que serpentean colina arriba, no solo nos ofrecen vistas inolvidables, sino que nos transportan a la esencia del sintoísmo. Aquí, la conexión con los kami (espíritus de la naturaleza) se hace palpable; caminando bajo ese manto carmesí sentimos que la energía del lugar fluye hasta nuestro interior.
Como un colofón perfecto, regresaremos al corazón de Kioto para explorar el Barrio de Higashiyama. En sus calles angostas y empedradas, flanqueadas por casas de madera, faroles tenues y templos centenarios, se conserva la impronta del Japón tradicional. Adentrarse en estas callejuelas es como viajar en el tiempo, un suspiro que evoca samuráis, geishas y la sutil elegancia de una cultura forjada a lo largo de milenios.
Al finalizar esta jornada, habremos vivido un encuentro íntimo con el Kioto más auténtico, ese que combina la serenidad del zen, el esplendor de su arquitectura religiosa y la calidez de su historia. Esta experiencia quedará grabada en la memoria como un itinerario que conectó pasado y presente, lo terrenal y lo divino, y nos dejó con el corazón lleno de admiración por esta metrópoli inagotable.
LIBRE EN OSAKA
HOY PODREMOS IR A EN NUESTRO DIA LIBRE A UNIVERSAL JAPON
O CASTILLO DE HIMEJI O KOBE
TRASLADO A TOKYO
DIA DE TRASLADO A TOKIO DONDE NOS ALOJAREMOS EN NUESTRO HOTEL
FUJI Y HAKONE
Partiremos desde la estación de Mishima, adonde llegaremos cómodamente a bordo del célebre tren bala proveniente de Tokio. En cuanto pongamos pie en el andén, nuestro guía nos dará la bienvenida e iniciaremos una travesía que, más que un tour, será una experiencia sensorial, histórica y cultural inolvidable. Al finalizar el recorrido, el mismo guía nos conducirá de regreso a la estación de Mishima, garantizando una experiencia completa y sin contratiempos.
1. Monte Taikan o Mirador de Hakone (1011 m)
Nuestra primera parada es el imponente mirador de Hakone, situado a más de mil metros de altura. Desde este punto elevado, la vista se despliega en un lienzo infinito que combina la silueta de montañas cubiertas de niebla, el destello turquesa de lagos y el coqueteo intermitente de las nubes que acarician el horizonte. Aquí, la belleza natural de Japón se presenta sin filtros, susurrando al oído del viajero que la grandeza del paisaje es una constante en estas tierras ancestrales.
2. Santuario de Hakone y el Torii de la Paz
Descenderemos luego hacia el Santuario de Hakone, un templo cargado de historia que, en el pasado, se erguía oculto en el bosque. Este fue el escondite del poderoso shōgun Minamoto Yoritomo, y aún hoy parece custodiar el eco de sus pasos. Entre la fronda verde se alza el “Torii de la Paz”, erigido en 1952, un símbolo de esperanza y armonía que marca el umbral entre el mundo terrenal y el espiritual. Contemplar este gran arco rojo que se adentra en el lago es sentir la energía ancestral del lugar y su poder para reconciliar el alma humana con la naturaleza.
3. Owakudani: Tierra de Vapores y Huevos Negros
Nuestra siguiente parada es Owakudani, una caldera volcánica que emana vapores sulfurosos y otorga al paisaje un halo místico y un tanto surreal. En este entorno, los famosos huevos negros —cocidos en aguas termales ricas en minerales— se han convertido en todo un emblema. La tradición asegura que comer uno prolonga la vida siete años, así que, ¿por qué no dejarnos llevar por la magia local y saborear esta curiosa bendición de la tierra?
4. Aldea Oshino Hakkai: Pureza y Tradición
Retomando el camino, llegaremos a la aldea de Oshino Hakkai, un refugio de arquitectura tradicional donde el tiempo parece haber detenido su curso. Aquí, los estanques cristalinos se alimentan de las aguas purísimas del deshielo del Monte Fuji. Contemplar el reflejo perfecto de las casas rurales en estos espejos de agua es un regalo para los sentidos, al igual que saborear las delicias locales y pasear entre huertos, puentecillos de madera y calles tranquilas.
5. Pagoda Chureito: Postal del Japón Eterno
El trayecto nos conducirá luego a la célebre Pagoda Chureito, uno de los grandes íconos visuales de Japón en el mundo. Escalar sus escalinatas y contemplar la estructura de múltiples pisos, con el Monte Fuji emergiendo de fondo, es una experiencia casi espiritual. El esfuerzo físico queda recompensado al divisar la ciudad a lo lejos, el sagrado monte coronado de nieve y la pagoda enmarcando un panorama que evoca la esencia misma del archipiélago nipón.
TOUR TOKYO
Iniciaremos este itinerario en el latido de la metrópoli: la Estación Central de Tokio. Su fachada histórica contrasta con el dinamismo ultramoderno de los rascacielos que la rodean, regalándonos el primer vistazo a la dualidad de la capital japonesa. Aquí, el constante ir y venir de ejecutivos, viajeros y curiosos, se entremezcla con los delicados detalles arquitectónicos que guardan ecos del pasado imperial y colonial, invitándonos a contemplar la transformación de la ciudad a través del tiempo.
Caminaremos hacia los Jardines del Palacio Imperial, un remanso de paz en pleno centro urbano. Sus senderos sombreados, lagos serenos y vegetación meticulosamente cuidada nos susurran el recuerdo del antiguo Edo, la ciudad que precedió a Tokio. Mientras avanzamos, sentiremos cómo la historia se hace presente, entre muros de piedra y puertas de madera que alguna vez custodiaron la vida de shōgunes y emperadores. Este contacto con la herencia cultural será una clave que iremos desentrañando a lo largo de los próximos días.
Siguiendo nuestro periplo, nos dirigiremos al barrio de Akihabara, un auténtico estallido de neón y modernidad tecnológica. Aquí, el futuro late en cada pantalla luminosa, en cada tienda de componentes electrónicos y en las últimas novedades del universo del manga y el anime. La experiencia se volverá surrealista al sumergirnos en los “maid cafés”, lugares donde las camareras, ataviadas con trajes victorianos de sirvientas, nos hacen partícipes de un teatro inesperado, donde el cliente deja de ser simplemente eso y se convierte en un invitado de honor en un juego de fantasía. En Akihabara no existe la palabra “aburrimiento”; todo es posible, todo es innovación, todo es sorpresa.
Abandonando la energía vibrante del barrio tecnológico, pondremos rumbo a Asakusa, donde la atmósfera se serena entre templos centenarios y callejuelas con sabor tradicional. El Templo Senso-ji, custodiado por su imponente linterna roja, nos da la bienvenida a un Japón más clásico, anclado en la espiritualidad y la devoción. Antes de cruzar el río, admiraremos la imponente silueta de la Tokyo Skytree, cuyo perfil se refleja en las aguas, recordándonos una vez más la mezcla armónica entre herencia histórica y vanguardia tecnológica que define a Tokio.
Para culminar el día, embarcaremos en un crucero fluvial que nos conducirá hacia Odaiba, la isla artificial en la Bahía de Tokio. Al llegar, un panorama futurista se abre ante nosotros: el majestuoso Unicorn Gundam nos saluda con su imponente presencia, el museo digital TeamLab nos sumerge en un universo de color, luz y sensaciones digitales, y la réplica de la Estatua de la Libertad nos hace guiños a la globalidad y al diálogo entre culturas. A lo lejos, el Rainbow Bridge se enciende en la noche, tejiendo puentes de luz entre el pasado, el presente y el futuro de esta ciudad en constante reinvención.
Así cerramos la jornada, con Tokio desplegando ante nuestros ojos todos sus matices: tradición y modernidad, paz y bullicio, espiritualidad y tecnología. Un lugar donde cada paso es un descubrimiento, y cada detalle es un pequeño tesoro que nos invita a seguir explorando.
LIBRE
LIBRE PARA COMPRAR O DISNEY
TOUR TOKYO
Comenzamos en Ginza, el epicentro del lujo y la sofisticación en Tokio. Caminar por sus avenidas es contemplar un desfile interminable de boutiques exquisitas, galerías de arte de vanguardia y joyerías centenarias que relucen bajo la luz del día y los neones nocturnos. Al adentrarnos en el corazón de este distrito, nos topamos con el edificio Wako Honkan, un ícono de la elegancia construido en la década de 1930, cuyo famoso reloj corona la intersección más clásica de la zona. Justo enfrente, Ginza Place nos sumerge en la modernidad, con sus productos tecnológicos de última generación y diseños futuristas. Cuando llega el fin de semana, la calle principal Chuo Dori se convierte en un paseo peatonal, una pasarela digna de una alta costura urbana, mientras el Teatro Kabuki-za nos conecta con la tradición ancestral del arte escénico japonés, poniendo el broche cultural a la experiencia en este barrio tan refinado.
Nuestra siguiente parada es Akihabara, donde la atmósfera cambia drásticamente. Aquí, el futuro late con cada pulsación de neón y cada destello de las pantallas. Entre rascacielos tapizados de carteles de anime y vitrinas repletas de gadgets imposibles, descubrimos otro rostro de Tokio: el del entretenimiento tecnológico y las pasiones otaku. No podemos ignorar los maid café, donde las camareras, ataviadas con trajes de sirvientas, trascienden el papel de simples meseras para convertirse en anfitrionas de un mundo de fantasía. Cantar, bailar, conversar… en Akihabara todo es una celebración a la imaginación y la originalidad.
El recorrido continúa en Ueno, un oasis cultural y natural, regalo imperial a la ciudad de Tokio desde 1924. El Parque Ueno, con su amplia extensión verde y silenciosa, resguarda algunos de los más prestigiosos museos de la nación: el Museo Nacional de Tokio, el Museo Nacional de Ciencia, el Museo Nacional de Arte Occidental, además de salas de conciertos, el santuario Tōshōgū y la Charca Shinobazu, con su enigmática capilla Benzaiten. Aquí, la historia, el arte y la ciencia conversan entre sí en medio de jardines y estanques, mientras el Zoológico de Ueno agrega un toque de vida silvestre a este panorama que atrae por igual a turistas y locales.
Para el gran cierre, dos zonas imprescindibles que representan el pulso más frenético de la metrópoli: Shinjuku y Shibuya. Shinjuku es la arteria principal del ritmo capitalino. Su estación, la más transitada del mundo, canaliza a diario un río humano de oficinistas, estudiantes, viajeros y soñadores. Al oeste, el horizonte de Nishi-Shinjuku se erige en un bosque vertical, una exhibición arquitectónica de rascacielos que parecen conversar con las nubes. Al este, la esencia urbana se hace tangible: calles repletas de tiendas, restaurantes y locales de ocio; el barrio de Kabukicho se ilumina con neones que prometen noches infinitas, mezclando modernidad con un toque de misterio y hedonismo.
Finalmente, Shibuya, el escenario de una de las imágenes más emblemáticas de Japón. Su cruce peatonal es un ballet urbano sincronizado, donde centenares de personas avanzan en múltiples direcciones, movidas por la vida y la adrenalina de la gran ciudad. Junto a la estatua de Hachiko, el fiel perro que espera eternamente a su amo, somos testigos del alma de Tokio: un mosaico de contrastes que combina elegancia y desenfreno, tradición milenaria y vanguardia tecnológica, calma contemplativa y energía arrolladora. Aquí, en este pulso de humanidad y luces, culmina nuestro día con una impresión imborrable de la capital nipona.
MAÑANA LIBRE Y VUELO NOCTURNO
DIA LIBRE PARA DISFURTAR DEL ULTIMO DIA , NOS LEVANTAREMOS UN POCO TARDE….. E IREMOS A POR COMPRAS… REGALOS, FOTOS… EXPERIENCIAS….
LLEGADA A ESPAÑA
