Ciudad de salida
Madrid
RUMBO AL IMPERIO CELESTIAL
Nos encontraremos en la Terminal 2 del aeropuerto de Madrid-Barajas a la hora indicada. El grupo comienza a formarse. Caras nuevas, sonrisas tímidas, mochilas cargadas de ilusión… y una energía especial flotando en el aire. El viaje que llevas tiempo soñando está a punto de comenzar.
Nuestro coordinador IZENITRAVEL estará allí para darte la bienvenida, resolver dudas y asegurarse de que todo fluye desde el minuto uno. Pasaremos los controles, repasaremos la ruta, y cuando nos demos cuenta, estaremos despegando rumbo a Asia.
Un vuelo internacional nos espera, directo a uno de los destinos más poderosos y transformadores del planeta: China.
LLEGADA A PEKÍN · ENTRE HUTONGS Y REFLEJOS
Aterrizamos en Pekín, una de las capitales más fascinantes del mundo. Nos recibe el equipo local y nos trasladamos al hotel, donde descansaremos brevemente antes de empezar a saborear la ciudad.
Esa misma tarde nos adentraremos en Houhai, uno de los rincones con más esencia de la vieja Pekín. Caminaremos por los hutongs, callejuelas de otra época donde las casas bajas, las puertas de madera y los faroles rojos nos transportan a la China más íntima. Escucharemos el eco de la vida tradicional entre canales y patios escondidos.
Aquí empieza la conexión con el alma del país.
LA CIUDAD PROHIBIDA Y LOS CIELOS DE CHINA
Hoy cruzamos las puertas del pasado imperial. Comenzamos en la Plaza de Tiananmen, el centro político y simbólico de China. Desde allí, accedemos a la majestuosa Ciudad Prohibida, residencia de emperadores durante siglos. Una ciudad dentro de otra, donde la simetría, los colores y la arquitectura hablan de poder absoluto y de espiritualidad.
Subiremos al Parque Jingshan, desde donde veremos, en silencio, cómo la Ciudad Prohibida se despliega como un tablero de historia ante nuestros ojos.
Por la tarde, visitamos el Templo del Cielo, uno de los lugares más sagrados del país. Cúpulas circulares, mármol blanco y un equilibrio perfecto con la naturaleza. Un lugar para entender cómo el hombre buscaba comunicarse con el universo.
LA GRAN MURALLA · UNA DE LAS 7 MARAVILLAS DEL MUNDO
Hoy vivimos uno de los momentos más emocionantes del viaje. Tras el desayuno, salimos hacia las montañas de Mutianyu, donde nos espera una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno: la Gran Muralla China.
Ascenderemos en telecabina entre bosques frondosos hasta alcanzar las alturas donde se extiende esta colosal obra milenaria. Y allí, caminando sobre sus piedras centenarias, con el viento golpeando suave y las torres recortándose contra el cielo, entenderemos por qué esta muralla no es solo una construcción… es un símbolo eterno de la humanidad.
Estar aquí no se olvida.
Se siente en el pecho. Se graba en la memoria.
Y cuando llegue el momento de bajar… no lo sabrás hasta que lo vivas. Solo te adelantamos que será una sorpresa que te hará sonreír, gritar o reír… o todo a la vez.
Por la tarde, ya de regreso en Pekín, nos espera un remanso de paz: el Palacio de Verano, un conjunto armonioso de pabellones, jardines, colinas y lagos donde los emperadores encontraban calma. Nosotros también la encontraremos.
DE PEKÍN A DATONG · ESCULTURAS EN LA ROCA, ESPÍRITU EN PIEDRA
Hoy dejamos atrás la gran capital para adentrarnos en un norte más espiritual y poderoso. Nos dirigimos a la estación para tomar uno de los trenes bala chinos, experiencia en sí misma: silencioso, cómodo y veloz. En apenas dos horas, el paisaje cambiará por completo.
Llegamos a Datong, ciudad fronteriza y antigua sede militar, pero también guardiana de uno de los tesoros más increíbles de China: las Grutas de Yungang.
Frente a nosotros se alza una montaña horadada con más de 50.000 esculturas de Buda talladas directamente en la roca hace más de 1.500 años. Algunas pequeñas como la palma de una mano… y otras, gigantescas, que nos obligan a mirar hacia arriba con la boca entreabierta.
Este lugar no es solo arte: es devoción esculpida. Un canto eterno al equilibrio entre fuerza y serenidad, entre imperio y fe.
Pasear entre estos relieves es como caminar por un susurro del pasado que sigue muy vivo.
EL TEMPLO COLGANTE Y LA CIUDAD DETENIDA EN EL TIEMPO
Amanecemos en Datong y nos preparamos para visitar una de las estructuras más asombrosas del mundo: el Templo Colgante de Hengshan. Situado literalmente suspendido en la pared de un acantilado, este templo lleva más de mil años aferrado a la montaña con columnas de madera que desafían la lógica y la gravedad.
Allí, entre el vértigo y el asombro, descubriremos cómo la fe era capaz de desafiar a la naturaleza… y ganarle.
Tras esta visita inolvidable, regresamos a la estación para tomar otro tren bala rumbo a la mítica Pingyao, una de las ciudades medievales mejor conservadas de China. Al llegar, sentiremos que el tiempo se ha detenido.
Murallas intactas, tejados curvos, faroles rojos y calles de piedra nos esperan para darnos la bienvenida a la China antigua, la de los mercaderes, banqueros y caravanas de la Ruta de la Seda.
Hoy dormimos entre historia viva.
PINGYAO · CAMINANDO ENTRE MURALLAS Y MEMORIA
Hoy nos despertamos en un escenario de película, en una ciudad que ha logrado conservar no solo su arquitectura, sino también su alma. Dedicaremos la mañana a explorar Pingyao, una de las joyas mejor guardadas de China.
Recorreremos sus calles empedradas, pasearemos por sus murallas aún intactas, entraremos en casas de comerciantes centenarios y descubriremos el origen del primer sistema bancario del país. Pingyao es más que un museo al aire libre: es una cápsula del tiempo que nos muestra cómo era la vida en plena Ruta de la Seda.
Aquí no hay rascacielos ni prisas. Solo historia, piedra, madera y tradición. Sentiremos que cada rincón nos cuenta algo, que cada puerta esconde una leyenda.
Después del almuerzo, nos trasladamos a la estación y subimos a bordo de otro tren de alta velocidad rumbo a una ciudad legendaria: Xi’an.
A nuestra llegada, nos espera un paseo por su muralla antigua, la más extensa y mejor conservada de toda China, y luego nos adentraremos en el bullicio vibrante de Muslim Street, un cruce de culturas, olores, sabores y colores que desborda vida.
XI’AN · EL EJÉRCITO QUE DESAFÍA A LA MUERTE
Hoy nos adentramos en uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo XX, un lugar que deja sin aliento: los Guerreros de Terracota.
A las afueras de Xi’an, bajo tierra durante más de dos milenios, yacía en secreto un ejército entero: soldados, caballos, arqueros, carros de guerra… todos construidos en tamaño real para proteger al emperador Qin Shi Huang en su viaje al más allá.
Miles de figuras, cada una con rasgos únicos y expresión propia, esculpidas a mano con una precisión escalofriante. Frente a ellos, el silencio se impone. Sus filas ordenadas, su inmovilidad solemne, su energía inquebrantable… son la prueba de un poder que ni la muerte logró apagar.
La visita no es solo impresionante, es profundamente simbólica: aquí entendemos cómo una civilización se preparaba para la eternidad.
Después, seguiremos hacia la serena y elegante Gran Pagoda del Ganso Salvaje, uno de los templos budistas más importantes del país, donde el equilibrio, la calma y la geometría marcan el ritmo del alma.
Xi’an, antigua capital de trece dinastías, nos sigue hablando desde sus piedras. Y nosotros, atentos, escuchamos.
DE XI’AN A GUILIN · EL SUR EXÓTICO NOS ESPERA
Despedimos Xi’an al amanecer y nos trasladamos al aeropuerto para tomar un vuelo que nos llevará al sur de China. Cambiamos historia por naturaleza, desiertos por junglas, murallas por montañas verdes.
Aterrizamos en Guilin, tierra de agua, piedra y niebla. El paisaje cambia radicalmente: nos recibe un mundo de formaciones kársticas, ríos que serpentean entre montañas, y una vegetación que parece salida de un poema chino.
Nada más llegar, visitamos uno de los símbolos más queridos por los locales: Elephant Trunk Hill, una colina con forma de elefante bebiendo del río. Es mucho más que una curiosidad geológica: es un emblema de armonía entre naturaleza y espiritualidad.
El ritmo ahora se vuelve más lento, más contemplativo. Hoy, simplemente, nos dejamos envolver por el encanto del sur.
HACIA LONGJI · ENTRE MONTAÑAS, NIEBLAS Y ARROZALES MILENARIOS
Hoy dejamos atrás la ciudad para adentrarnos en uno de los paisajes más asombrosos del sur de China: Longji, la tierra de los arrozales en terrazas.
A medida que nos alejamos del asfalto, el paisaje se vuelve cada vez más puro. Las curvas de la carretera nos llevan montaña arriba, hasta que, de pronto, el horizonte se abre y aparece ante nosotros una obra de arte viva: kilómetros de terrazas esculpidas por generaciones enteras, abrazando las laderas con una armonía imposible.
Realizaremos una caminata suave por senderos de piedra que atraviesan aldeas rurales, casas de madera, colinas verdes y miradores naturales. Cada paso nos conecta con una China profunda, silenciosa y ancestral. Aquí el tiempo se detiene.
Al final del día, descansaremos en un lugar especial, rodeado de naturaleza, con vistas abiertas al valle y el murmullo de la montaña como única banda sonora. Una noche mágica, de esas que te hacen respirar hondo y dar gracias por estar aquí.
DE LONGJI A YANGSHUO · EL CRUCERO DE LAS MONTAÑAS FLOTANTES
Despertamos entre el silencio de las montañas de Longji, con los arrozales extendiéndose a nuestros pies como un paisaje tallado por el tiempo. Tras el desayuno, dejamos atrás este rincón mágico para comenzar una jornada que nos llevará a uno de los lugares más espectaculares de China: Yangshuo.
Pero no llegaremos por carretera. Hoy lo haremos como debe hacerse: navegando.
Subiremos a bordo de un crucero por el río Li, un trayecto de postal entre formaciones kársticas surrealistas, bosques de bambú, búfalos pastando y aldeas que parecen flotar en la niebla. Este crucero es más que un transporte: es una experiencia visual y emocional que muchos viajeros consideran la más bella de toda Asia.
Durante el recorrido, nos dejaremos llevar por la corriente, sacaremos mil fotos… y también sabremos cuándo dejar la cámara para simplemente mirar, sentir y grabarlo en la memoria.
Al llegar a Yangshuo, con el corazón aún flotando, tendrás la tarde libre para descansar, pasear por su encantador centro o sumarte a la experiencia opcional del espectáculo "Impression Liu Sanjie", una obra visual al aire libre sobre el agua, con luces, música y montañas iluminadas como escenario natural. Pura poesía china.
Alojamiento en Yangshuo
YANGSHUO · CAMINOS DE BICICLETA, BALSAS DE BAMBÚ Y SABORES DE CHINA
Hoy no necesitamos transporte motorizado.
Hoy nos movemos al ritmo del campo, del río, del corazón.
Empezamos la jornada con una ruta en bicicleta por los alrededores de Yangshuo, pedaleando entre arrozales, aldeas tradicionales, montañas cónicas y puentes de piedra. No hay prisa. Solo el sonido de los pájaros, el aroma a tierra húmeda y la libertad de sentirnos parte de este paisaje.
Después, nos subiremos a una balsa de bambú para dejarnos llevar suavemente por las aguas del río Yulong. El bambú cruje, el agua salpica con suavidad, y el paisaje… el paisaje parece pintado a mano. Aquí entenderemos por qué tantos poetas y pintores se han inspirado en esta región durante siglos.
Por la tarde, cambiaremos ruedas y remos por sartenes: participaremos en una clase de cocina tradicional china. Aprenderemos a preparar platos locales, a usar ingredientes típicos y —lo mejor— a saborearlos juntos en un ambiente cercano y relajado. Porque la gastronomía también es cultura… y memoria.
Será uno de esos días que no tienen grandes monumentos, pero sí grandes momentos.
DE YANGSHUO A SHANGHÁI · DE LA TIERRA AL CIELO
Hoy dejamos atrás los campos, los caminos de tierra y los ríos de bambú para dar un salto al futuro. Por la mañana, nos trasladamos al aeropuerto de Guilin para tomar un vuelo con destino a la ciudad que nunca duerme: Shanghái.
Nada te prepara para la primera impresión. Al llegar, sentirás que has cruzado a otra dimensión: rascacielos que rozan las nubes, neones que bailan, velocidad en cada esquina. Pero también templos escondidos, callejuelas con alma, mercados callejeros y jardines silenciosos. Shanghái es contradicción y armonía. Es historia y vanguardia. Es presente… y por momentos, ciencia ficción.
Tras el traslado al hotel, saldremos a caminar por el mítico Bund, el paseo fluvial más emblemático de la ciudad. A un lado, la arquitectura colonial que nos susurra sobre el Shanghái del siglo XIX. Al otro, el skyline de Pudong, con torres futuristas que reflejan el alma ambiciosa de la China del mañana.
La sensación de estar entre dos mundos es indescriptible.
Y esta ciudad… apenas está empezando a mostrarse.
SUZHOU · JARDINES, CANALES Y LA VENECIA DE ORIENTE
Hoy nos alejamos del bullicio de Shanghái para adentrarnos en una ciudad que parece hablarnos en susurros: Suzhou, también conocida como la Venecia de Oriente.
Tras un cómodo traslado por carretera, llegamos a esta joya escondida que desde hace siglos inspira a poetas, artistas y emperadores. Empezamos el día paseando por Pingjiang Road, una calle tradicional bordeada de canales, puentes de piedra y casas antiguas de arquitectura refinada. Aquí todo fluye: el agua, el silencio, la historia.
Subiremos a una embarcación tradicional para recorrer los canales desde dentro, deslizándonos suavemente entre sauces y reflejos. La serenidad de esta experiencia marca un contraste absoluto con la energía de Shanghái… y por eso es tan poderosa.
Después, visitamos uno de los jardines más representativos del país: el Jardín del Administrador Humilde, declarado Patrimonio de la Humanidad. Estanques, pabellones, rocas talladas, bonsáis y puentes que parecen flotar. Aquí no sobra nada. Todo tiene un propósito: crear belleza y equilibrio.
Por la tarde, regresamos a Shanghái con la mente en paz y los sentidos reconectados.
Un día que demuestra que China no solo se mira… se contempla.
SHANGHÁI · TEMPLOS, JARDINES Y RASCACIELOS
Hoy nos sumergimos a fondo en el alma cambiante de Shanghái. Esta ciudad es muchas ciudades a la vez, y hoy la recorreremos en todas sus capas: desde lo más tradicional hasta las alturas más vertiginosas.
Empezamos con la visita al Jardín Yuyuan, un oasis de armonía en pleno corazón del casco antiguo. Estanques con peces koi, rocas esculpidas, pasadizos de madera y pabellones decorados con mimo nos recuerdan que la belleza en China se mide en equilibrio.
Seguimos hacia el Templo del Buda de Jade, uno de los templos más sagrados de la ciudad. Allí, entre columnas de incienso y oraciones susurradas, veremos las famosas estatuas de jade blanco, esculpidas con una paz que se contagia. Un momento para detenerse y sentir.
Y para cerrar el día por todo lo alto —literalmente— subiremos al Jinmao Tower o una de las torres más emblemáticas del skyline de Pudong. Desde su mirador, la ciudad se despliega a nuestros pies como una maqueta viva. Veremos luces, taxis, barcos por el río, y miles de historias latiendo bajo nosotros.
Desde lo sagrado hasta lo vertical. Desde lo ancestral hasta lo que viene.
Shanghái nos despide como solo ella sabe hacerlo: a lo grande.
Alojamiento en Shanghái
REGRESO A CASA · CUANDO UN VIAJE SE CONVIERTE EN PARTE DE TI
Último amanecer en China.
Nos despertamos en Shanghái con la maleta llena… pero no solo de recuerdos, también de aprendizajes, historias vividas, momentos compartidos y paisajes que han quedado grabados para siempre.
Después del desayuno, nuestro equipo local nos llevará al aeropuerto internacional de Pudong, donde nos despediremos con una mezcla de gratitud, nostalgia y emoción difícil de describir.
Han sido 16 días intensos, variados, inolvidables. Hemos caminado por la Gran Muralla, explorado grutas milenarias, pedaleado entre arrozales, navegado por ríos sagrados y tocado las alturas de Shanghái. Pero lo más valioso no cabe en una foto: es lo que este viaje ha despertado dentro de ti.
Nuestro coordinador IZENITRAVEL estará contigo hasta el último instante, asegurando que todo salga perfecto y que regreses a casa no solo con fotos… sino con otra mirada.
Porque hay viajes que se hacen.
Y hay viajes que te hacen.